Bye, Bye, American Pie
La intransigencia de los Estados Unidos frente a un mundo cansado de la guerra significará el fin del país tal y como lo conocemos.
9/04/2013
En realidad, no sería un gran impacto. En los últimos doce años, por lo menos, los estadounidenses han visto a su país inclinarse poco a poco hacia las sombras de la ley internacional en el extranjero y sobre los grupos del fascismo en casa. Inexorablemente, el peso de la sobrecarga imperial ya ha mutilado una economía en constante pie de guerra y ha conducido hacia el deterioro continuo de libertades civiles que una vez se dieron por hecho.
En un momento determinado, como algo ‘pintoresco’, los demócratas clamaron horrorizados (lo que resulta ser una burla) cuando uno de los hombres de Bush esbozó una sonrisita socarrona en la Convención de Ginebra. ¡Indignante! Chirriaron los vestigios de una ‘Izquierda’ estadounidense. Ya no más. Mientras los aviones no tripulados se preparan para oscurecer los cielos al igual que una plaga de langostas, las agencias de inteligencia pueden leer todas nuestras comunicaciones incluso cuando las escribimos, y la criminalización general de la disidencia se ha apresurado sin que medie objeción alguna porque, después de todo, el tipo que lo está haciendo tiene una D (demócrata) tras su nombre.
Y ahora, no se escuchó ni siquiera un chillido por parte de los tan llamado ‘progresistas’ en el Congreso mientras un demócrata y su Asesor con falsa labia y al acecho usan los mismos inventos y mentiras para hacernos tragar aún otra guerra, todo prolijamente empaquetado en Rojo, Blanco y Azul, el espectro de la Seguridad Nacional, en pocas palabras, la misma sarta de tonterías de siempre que oíamos antes.
Pero no es lo mismo, esa es la cuestión. Y es una lástima que los tontos en el congreso sean demasiado estúpidos (al parecer, la mayoría de ellos), para verlo. Visto que la demostración de un pensamiento delirante es, al parecer, un requisito para ocupar y preservar un cargo público, una congresista particularmente trastornada, en realidad, dijo a Wolf Blitzer que “decenas” de países están dispuestos a apoyar la agresiva guerra de los Estados Unidos contra Siria, aunque no pudo nombrarlos de improviso. Debbie Wasserman Schultz, en realidad, dijo: “Quiero decir que tenemos y, de los informes que he recibido, que hay decenas de países que van a apoyar a los Estados Unidos, y que se comprometerán con nosotros en acciones militares y, que también, nos respaldarán”.
Bien, entonces. Micronesia venderá grapas y Samoa servirá tragos. El problema es que, dentro de la burbuja del “pensamiento” estadounidense, estas personas creen realmente que movilizar a la ‘comunidad internacional’ es lo mismo que movilizar a una audiencia formada por personas con entradas gratis para asistir a un mal musical una noche entre semana. Es que, para ellos, todo esto es simplemente una farsa cínica. No saben o no les importa que el mundo entero descubra el fraude que es esto. El régimen de Obama está a punto de cometer el error más grande de la historia.
Esto no es hipérbole. Bush tuvo un apoyo mucho mayor al intervenir en Irak, y Saddam tuvo mucho menos apoyo. Su argumento a favor de la guerra, llena de mentiras y “pruebas” inventadas y decisiones de “inteligencia” falseadas, es mucho mejor que la posición actual de los Estados Unidos, o sea, un retrete lleno de puras mentiras para el mundo entero, pero que, de algún modo, huele a rosas para el Congreso estadounidense. El gobierno ha dejado de funcionar como órgano representativo y se encuentra completamente divorciado de los intereses del pueblo estadounidense. ¿No quiere confiar una decisión como esa a un viejo comunista como yo? Tómenlo de un ex Presidente, Jimmy Carter. El mismo Mr. Peanut admitió que ‘no hay democracia efectiva’ actualmente en los Estados Unidos. La arrogancia del Consejo de Guerra de Obama es deslumbrante. Rusia, China e Irán han dado reiteradas advertencias (severas, claras e inequívocas) contra un procedimiento ilegal e imprudente. El mundo está harto de la intransigencia estadounidense. No cambia la situación si una guerra ilegal de agresión es ‘autorizada’ por un obediente Congreso estadounidense. Cero a la izquierda.
No importa lo que suceda de aquí en más, el equilibrio de poderes ya se está desplazando, lejos de los Estados Unidos y sus estados vasallos, hacia BRICS y las naciones del Hemisferio Sur. Aun si el régimen estadounidense no ataca (de por sí una pobre selección de palabras dado que ha estado proporcionando armas y financiando a mercenarios extranjeros en Siria por más de dos años), un mundo demasiado paciente está listo para amordazar al perro rabioso que es Estados Unidos. Las autoridades de China, si bien mantienen, sobretodo, la calma, han manifestado que si un ataque se produce, los demás deberían brindar asistencia para resistir. Es evidente que esto es un disparo de advertencia que debería hacer recapacitar a aquellos estadounidenses que hacen guerras.
Lo que significa es que se justifica que Siria, como un estado soberano, reclame ayuda a sus aliados, lo cual implica Irán y su arsenal de misiles Sunburn rusos o Hezbollah y sus propios misiles C-802 chinos o la misma Rusia con sus misiles S300, S400 y S500. Esta es la verdadera delgada línea roja y Estados Unidos ya la cruzó en Libia. Putin ha dicho que los estadounidenses están actuando como un mono con granada en el Medio Oriente. Y hablando de animales, vamos a hacerlo claramente, el oso Panda y el Oso polar no se andan con huevadas. Han decidido, y con razón, que Estados Unidos es demasiado peligroso y debe ser detenido. Si Obama ataca con su plan desquiciado y homicida, China, Rusia, Irán y Hezbollah ayudarán a Siria a hundir a algunos destructores estadounidenses enviando a cientos y quizás miles de niños al fondo del Mediterráneo, prácticamente, así lo han dicho.
Ellos (no Estados Unidos) tendrán todo el derecho y el derecho internacional para así hacerlo.
Lloren ahora, no después. Y lloren, por lo menos, del mismo modo por los niños, por sus niños que matan y por sus niños a los que matan a cambio. No salgan corriendo por la bandera o gritando por venganza. No acusen a aquellos de nosotros que gritamos desde los tejados ser antiamericanos o traten de forzarnos a abandonar nuestros principios y unirse al reclamo de la sangre. Esto está mal. Es ilegal. Es tan predecible como prevenible. Incluso algunos “antibélicos” frágiles y poco entusiastas se equivocan cuando dicen que Estados Unidos no puede ser la policía del mundo. Esto no es suficiente: la verdad es que no tenemos autoridad moral para hacer esto y el mundo entero lo sabe. La camarilla criminal de Washington está tan obsesionada con su grandeza que ha dado vuelta a la historia. En su larga e insidiosa profesión de mentiras y ofuscación, el Mercader de la Muerte, John Kerry, finalmente obtuvo algo inadvertidamente correcto: este *es* nuestro momento Munich. Pero, por supuesto, como era de esperarse, lo entiende todo al revés. Y el nombre de pila de Chamberlain no es Neville, es Vlad. Y que él pueda brindarle a Obama y sus secuaces un Momento Nuremberg.
© 2013 Daniel Patrick Welch. Se permite la reimpresión con reconocimiento y enlace a http://danielpwelch.com.
Traducido por Silvana
Mellino
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El autor, cantante, lingüista y activista Daniel Patrick Welch vive y escribe en Salem, Massachusetts, con su esposa, Julia Nambalirwa-Lugudde. Juntos administran la escuela
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